HISTORIA DE LA CASA AZUL
Les aseguro que muchos de ustedes se preguntaran: ¿"Por qué el museo de Frida Kahlo solo es una casa, si este podría ser uno parecido al Palacio de Bellas Artes?". Bueno, primero que nada, en esta casa pase toda mi vida; desde que mi padre la construyó en 1904 a usanzas de la época, donde solo era una casona de no muy grandes dimensiones, hasta que mi marido, Diego Rivera, compró la casa, al pagar las hipotecas y deudas que mi padre había dejado.
Además, recuerdo que Diego y yo
siempre soñamos con la idea de donar al pueblo mexicano nuestras obras y bienes,
por lo tanto, Diego, nombró un comité técnico integrado por familiares y amigos
para vigilar el destino del museo, que se abrió en 1958, 3 años después de la muerte de Diego
Rivera. Siendo la directora del comité, su amiga Lola, siempre mantuvo el museo
abierto al público y siempre conservó los
espacios funcionando a veces con sus propios recursos y con un gran esfuerzo,
ya que, el gobierno poco le apoyaba. También hay que decir que respetó la
voluntad de Diego ya que, este antes de morir, le pidió, que en un lapso de 15
años (que se convirtieron en 50), no abriera el baño del estudio y no solo hizo
eso, sino que también mantuvo cerrados, varios de mis baúles y closets.
Ciertamente, mi casa, sufrió gran
cantidad de modificaciones. En el año
1937, se tapiaron las paredes, los muros se pintaron de azul y se compró el
predio del área que hoy es el jardín; en 1946 mi esposo, le pidió a Juan O’Gorman la construcción de mi estudio, el cual, decoramos con piezas de arte popular mexicano
y un estilo funcionalista que sencillamente combinadas son hermosas.
Regresando al tema, el museo
tiene como disciplina el arte, obviamente
enfocado al que hicimos mí esposo y yo, hace ya algunos años; ustedes podrán apreciar
varios murales, objetos de cerámica, pinturas y objetos personales que
sintetizan nuestro gusto y nuestra admiración por el arte y la cultura mexicana; la casa
habla por sí misma de lo que era mi vida cotidiana, a través de cada uno de los
objetos que el grupo de especialistas ADABI (Apoyo al Desarrollo de Archivos y
Bibliotecas de México, A.C.), organizó, clasificó y digitalizó, durante 3 años 6500 fotografías, 3874
revistas y publicaciones, 2170 libros, decenas de dibujos, objetos personales,
vestidos, corsés, medicinas y juguetes que se descubrieron tras 50 años de
espera.
Actualmente hay también una exposición temporal de mis vestidos, titulada: “Las apariencias engañan”, si quieren más información pueden visitar el sitio oficial del museo: http://www.museofridakahlo.org.mx/ y ojala les guste tanto como a mí finalmente los dejó con un comentario del poeta Carlos Pellicer, que es un gran amigo mio.
“Pintada de azul, por fuera y por
dentro, parece alojar un poco de cielo. Es la casa típica de la tranquilidad
pueblerina donde la buena mesa y el buen sueño le dan a uno la energía
suficiente para vivir sin mayores sobresaltos y pacíficamente morir…”-Carlos Pellicer
Por: Miguel Alejandro Martínez Ayala #21
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