miércoles, 19 de octubre de 2016

Información histórica

HISTORIA DE LA CASA AZUL


Les aseguro que muchos de ustedes se preguntaran: ¿"Por qué el museo de Frida Kahlo solo es una casa, si este podría ser uno parecido al Palacio de Bellas Artes?". Bueno, primero que nada, en esta casa pase toda mi vida; desde que mi padre la construyó en 1904 a usanzas de la época, donde solo era una casona de no muy grandes dimensiones, hasta que mi marido, Diego Rivera, compró la casa, al pagar las hipotecas y deudas que mi padre había dejado.

Además, recuerdo que Diego y yo siempre soñamos con la idea de donar al pueblo mexicano nuestras obras y bienes, por lo tanto, Diego, nombró un comité técnico integrado por familiares y amigos para vigilar el destino del museo, que se abrió  en 1958, 3 años después de la muerte de Diego Rivera. Siendo la directora del comité, su amiga Lola, siempre mantuvo el museo abierto al público y siempre conservó  los espacios funcionando a veces con sus propios recursos y con un gran esfuerzo, ya que, el gobierno poco le apoyaba. También hay que decir que respetó la voluntad de Diego ya que, este antes de morir, le pidió, que en un lapso de 15 años (que se convirtieron en 50), no abriera el baño del estudio y no solo hizo eso, sino que también mantuvo cerrados, varios de mis baúles  y closets.
Ciertamente, mi casa, sufrió gran cantidad de modificaciones. En el año 1937, se tapiaron las paredes, los muros se pintaron de azul y se compró el predio del área que hoy es el jardín; en 1946 mi esposo, le pidió  a Juan O’Gorman  la construcción de mi estudio, el cual,  decoramos con piezas de arte popular mexicano y un estilo funcionalista que sencillamente combinadas son hermosas.



Regresando al tema, el museo tiene como disciplina el arte,  obviamente enfocado al que hicimos mí esposo y yo, hace ya algunos años; ustedes podrán apreciar varios murales, objetos de cerámica, pinturas y objetos personales que sintetizan nuestro gusto y nuestra admiración  por el arte y la cultura mexicana; la casa habla por sí misma de lo que era mi vida cotidiana, a través de cada uno de los objetos que el grupo de especialistas ADABI (Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México, A.C.), organizó, clasificó y digitalizó, durante 3 años  6500 fotografías,   3874 revistas y publicaciones, 2170 libros, decenas de dibujos, objetos personales, vestidos, corsés, medicinas y juguetes que se descubrieron tras 50 años de espera.

 

Actualmente hay también una exposición temporal de  mis vestidos, titulada: “Las apariencias engañan”, si quieren más información pueden visitar el sitio oficial del museo: http://www.museofridakahlo.org.mx/  y ojala  les guste tanto como a mí finalmente los dejó con un comentario del poeta Carlos Pellicer, que es un gran amigo mio. 

“Pintada de azul, por fuera y por dentro, parece alojar un poco de cielo. Es la casa típica de la tranquilidad pueblerina donde la buena mesa y el buen sueño le dan a uno la energía suficiente para vivir sin mayores sobresaltos y pacíficamente morir…”-Carlos Pellicer

Por: Miguel Alejandro Martínez Ayala #21

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